El por qué.
Oscuridad y vida. Luz y muerte. Acechadas ilusiones se secan, como frutas. Su jugo es absorbido. Hasta en el caos más constante se halla la naturaleza del humano: Amor. Sólo basta buscarlo, sentirlo. Un abrazo, una sonrisa, lo que une y lo que duele. La totalidad de los actos del hombre es amor Sin traducción. A veces, en formas macabras, Ilegibles, nunca ausentes. De eso somos parte. Es algo tan inmenso que da temor. Tan puro que hay que repensarlo, corromperlo. La idiotez también es parte de nosotros. Oscuridad y vida. Luz y muerte
Cambio frustración por papel.
La niebla sube y se asienta en los sueños.
Los reemplazamos por imágenes.
Instantes.
Las venas por cables.
Somos electrónicos, inertes.
Somos píxeles, impacientes.
Viajamos con abejas en los oídos.
Aislamos el mundo.
El sentimiento.
Entes autosuficientes.
Puños cerrados.
Eres tu.
Una mancha de humedad.
Cabello.
Un escupitajo en la cara de Dios.
Un amor infiel.
La solución final.
Honor ambiguo.
Odio.
Escombros de humanidad.
Caricia que raspa.
Sinónimo de poder.
Piel escarada.
Muerte.
Esperaba desde hacía mucho el momento.
Temblábamos, distraídos, aislados.
Sabía que nunca se había ido.
Como un amor negado,
Una marca en la madera.
Se presentó en forma de oportunidad.
Reemplazó dolor por placer.
Exigió fidelidad.
Nos unió. Nos hizo parte. No era natural.
Pertenecer se hizo humo, dejó intoxicación.
Amor mentiroso, tacaño, inducido.
Encadenado albedrío.